
El grupo estadounidense Starwood firmó con Cuba el primer acuerdo para operar al emblemático Hotel Inglaterra. Es el mas antiguo de La Habana, con valores patrimoniales invaluables y conservados. Si ha llegado con su personalidad intacta a nuestros días, no es festinado pensar los lustros que le quedan por vivir.
“Buen hotel”, escribió el huésped Winston Churchill en 1895 cuando visito la isla como corresponsal del Daily Graphic y observador militar de la guerra cubano española. Entonces ya habían transcurrido 20 años desde su transformación: primero fue un edificio de dos pisos conocido como Café Escauriza y hacia 1863 se convierte en Café El Louvre. Trasciende entonces al convertirse en escenario de encuentros emancipadores.
Hasta allí acude en 1879 José Martí a homenajear al periodista Manuel Márquez Sterling; a decirle que “Honrar, honra”, y a proponer: “…brindemos admirados por el talento que recorta asperezas, fortifica pueblos, endulza voluntades”. Es el eco histórico de la prosa martiana desde el hoy Hotel Inglaterra que también acogió a Sarah Bernhardt, diva francesa, y a Luis Mazzantini torero español.
Se ha escrito que uno fue a la presentación del otro y viceversa y que vivieron un romance. Quién sabe. Lo cierto es que compartieron y deambularon por los salones coloniales que aún señorean tal y como los vio otro de los ilustres alojados: Enrico Caruso o el general Antonio Maceo que vivió durante seis meses en 1890.
A poco de llegar a La Habana y al Hotel Inglaterra el dramaturgo madrileño Jacinto Benavente expreso sus sentimientos “Muy linda la ciudad. Me ha emocionado el recibimiento. Estoy agradecidísimo a todos”. Sería lo que se apreciaba entonces, que también se ve ahora desde las habitaciones, lo que exalto a Benavente.
El entorno del hotel recrea la personalidad arquitectónica citadina. Allí están el Capitolio, el Gran Teatro de la Habana y el Parque Central que conecta con el entramado histórico urbanístico colindante con el Malecón. Es un recorrido a través de las épocas vividas por el señorial hotel de estilo neoclásico que fue mejorando con el paso del tiempo.
En 1901 llego la luz eléctrica a sus instalaciones, los baños en cada habitación y los servicios telegráficos con conexión internacional. De 1914 datan una marquesina acristalada en su exterior y el cuarto piso.
En su evolución no solo se ha llegado a alrededor de 100 habitaciones. Las aportaciones artísticas contribuyen al ambiente exclusivo de las zonas de acogida. La escultura en bronce de una bailarina sevillana esculpida por el Marqués de Perinat se mantiene intacta sobre su pedestal. Se afirma que el artista se inspiro en la emperatriz Eugenia de Montijo por la amistad que los unió durante anos.
En 1930 un afamado andaluz vio el monumento que atesora el Hotel Inglaterra. Intelectuales cubanos despidieron allí a Federico García Lorca. Había llegado el 3 de marzo a dictar una conferencia pero su estancia se prolongo hasta junio. “Esta isla es un paraíso. Si me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba”, escribió el poeta granadino.
Plásticos cubanos contemporáneos han donado obras para el Hotel Inglaterra que durante mas de un siglo ha atesorado historia, arquitectura y arte. Es un acervo que bien gestionado promete futuro.